Silla a la luz de la ventana

La silla enmudece
bajo la cuadrícula del haz de la ventana.
Miríadas de duendes
en caótico orbitar de centellas diminutas,
como una desmembrada danza de diamantes,
intentan seducir su estático silencio
para desentrañar,
de a poco,
pero con la impudicia microscópica
e inevitable del polvo,
su nudo de secretos.
Silla,
ventana
y polvo iridisado:
trilogía semántica,
triángulo de implicancias,
recuerdos encriptados.
